8 de abril de 2007

Rosa Regàs: “En Madrid me escupen, me insultan y me llaman roja por la calle”

8 de abril de 2007
"Los insultos y la descalificación suelen
estar en la radio de los obispos, COPE, que dan un ejemplo de caridad
cristiana
inenarrable"


Rosa Regàs, escritora y directora de la Biblioteca Nacional, en una entrevista concedida al diario Página12 analiza el papel que la mujer puede desempeñar en la política nacional y mundial, los avances sociales en España, así como la reacción de una extrema derecha que, según ella, anidaría aún en el PP. Según Regás, "hay muchos franquistas fuera del armario" que, con las últimas reformas sociales están viendo perderse los últimos resquicios del régimen del que antaño disfrutaran.

Para la escritora, el origen de la discriminación sexista en España está en la dictadura franquista: "La II República nos dio el voto a las mujeres, estábamos transitando en el camino a la igualdad hasta que vino el golpe de Estado del general Franco, que durante cuarenta años nos sumergió en la más tenebrosa de las oscuridades".

La directora de la Biblioteca Nacional resalta la importancia e influencia que las mujeres pueden imprimir a un país: "Las mujeres, que hemos sido perseguidas a lo largo de toda la historia, sabemos solucionar los problemas intentando buscar otros caminos menos cruentos".

Regás lamenta que "España tiene franquistas que han salido del armario y que ya no les da vergüenza decir que son franquistas. Somos el único país de Europa que no tiene un partido de extrema derecha, porque la extrema derecha y la derecha están en el Partido Popular".

"El odio que esta extrema derecha tiene al presidente Zapatero no es porque no ha ganado las elecciones, sino porque con todas las leyes sociales, de igualdad, de derechos humanos, está desterrando lo que queda del franquismo en el cuerpo de la sociedad española", asegura.

"En Madrid la crispación es muy fuerte. Yo voy por la calle y me escupen, me insultan y me gritan “roja”. Pero cuando voy a Barcelona, a Sevilla o a Valencia no siento esta crispación. El madrileño es infinitamente más nacionalista que los periféricos, y lo que no ocurre en Madrid, no ocurre en el país. Los insultos y la descalificación suelen estar en la radio de los obispos, COPE, que dan un ejemplo de caridad cristiana inenarrable. En Madrid hubo taxistas que me reconocieron y me han hecho bajar del taxi", se lamenta.






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