Hoy ha sido un día largo pero muy productivo laboral e ideológicamente.
Hemos estado en una macro –por el tiempo- reunión de Grupo de Senadores/as Socialistas y los compañeros y compañeras que nos han trasladado sus apreciaciones sobre asuntos relacionados con la política actual y el trabajo en el Congreso y, sobre todo, en el Senado ha sido enriquecedor.
Pienso que hay que escuchar (no sólo oir) a personas que tienen más bagaje que una, para así poder extraer buenas ideas para luego poder llevarlas a cabo y, además, para hacer un trabajo serio y riguroso. Es el caso de Carmela Silva, la Portavoz del Grupo Socialista en el Senado.
Había escuchado a Carmela y me había llegado, porque mostraba pasión y sentimiento, muy importantes para la politíca desde mi punto de vista.
Hoy la he podido ver en persona, tenerla cerca, ver como expresa con sus movimientos y me ha sorprendido gratamente.
En alguna ocasión me había planteado si la entrada de la mujer en la política (o en otros ámbitos) suponía la perdida de nuestra femeneidad o, más bien, masculinizar nuestra acción en el ámbito en el que estamos, en lugar, de potenciarnos y usarla como un hecho diferenciador y positivo. Hoy Carmela me ha respondido sin ella saberlo.
Carmela cuando habla llega por su "expresión de mujer" y porque ella no lo esconde.
Habla del reto que supone estar en el Senado, de lo apasionante que es formar parte del Grupo Socialista, del optimismo, de la ilusión de formar parte del proyecto de José Luis Rodríguez Zapatero.
Ella habla y habla como mujer, convencida de que la lucha por la igualdad, no es sólo la de la igualdad de género, que es fundamental para todas (y todos) sino, también, la igualdad para todas y todos, como valor Socialista.
Cuando habla de sus palabras subyace la igualdad, la solidaridad, la justicia.
Hemos estado en una macro –por el tiempo- reunión de Grupo de Senadores/as Socialistas y los compañeros y compañeras que nos han trasladado sus apreciaciones sobre asuntos relacionados con la política actual y el trabajo en el Congreso y, sobre todo, en el Senado ha sido enriquecedor.
Pienso que hay que escuchar (no sólo oir) a personas que tienen más bagaje que una, para así poder extraer buenas ideas para luego poder llevarlas a cabo y, además, para hacer un trabajo serio y riguroso. Es el caso de Carmela Silva, la Portavoz del Grupo Socialista en el Senado.
Había escuchado a Carmela y me había llegado, porque mostraba pasión y sentimiento, muy importantes para la politíca desde mi punto de vista.
Hoy la he podido ver en persona, tenerla cerca, ver como expresa con sus movimientos y me ha sorprendido gratamente.
En alguna ocasión me había planteado si la entrada de la mujer en la política (o en otros ámbitos) suponía la perdida de nuestra femeneidad o, más bien, masculinizar nuestra acción en el ámbito en el que estamos, en lugar, de potenciarnos y usarla como un hecho diferenciador y positivo. Hoy Carmela me ha respondido sin ella saberlo.
Carmela cuando habla llega por su "expresión de mujer" y porque ella no lo esconde.
Habla del reto que supone estar en el Senado, de lo apasionante que es formar parte del Grupo Socialista, del optimismo, de la ilusión de formar parte del proyecto de José Luis Rodríguez Zapatero.
Ella habla y habla como mujer, convencida de que la lucha por la igualdad, no es sólo la de la igualdad de género, que es fundamental para todas (y todos) sino, también, la igualdad para todas y todos, como valor Socialista.
Cuando habla de sus palabras subyace la igualdad, la solidaridad, la justicia.
Quizás penséis que esto lo puede decir también un hombre y es cierto, pero os aseguro que la forma de expresarse (en conujunto) de Carmela es de una mujer, que no se esconde como mujer y que busca la igualdad, con letras mayúsculas, para su género y para todos los ciudadanos.
1 comentarios:
¡Y además Carmela es gallega! ;-)
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