Todos somos conscientes que las y los políticos somos personas públicas y, por tanto, estamos expuestos a la radriografía de cada uno de los colectivos que conforman la sociedad. Ahora bien, los políticos que nos damos a lo público no tenemos porque pasar a formar parte de un tipo de noticias que desvelan nuestra vida privada, la cual también necesitamos como cualquier persona.
Esto, por supuesto, es como todo, se puede elegir: Zapatero está intentando proteger a sus hijas de una decisión que ha tomado él y en la que su mujer le es cómplice. Pero igualmente, otros intentamos tener una parcela de nuestra vida privada en la que disfrutemos de nuestros familiares sin que éstos se vean afectados por nuestras decisiones.
Esto que parece tan fácil, es complicado, porque hay personas (periodistas, informadores, bloguer@s) que creen que porque seas una persona pública, también, debes ser un "personaje público", utilizando nuestra imagen a su antojo y no hablando de nuestra acción política sino de nuestra parcela privada, de nuestros "michelines" o nuestra forma de vestir y todo amparado en la libertad de expresión, sin que los principales actores podamos hacer nada (porque, además, nos arriesgamos a que nos tachen de censores), ni defender nuestro honor y nuestra imagen.
Hoy Nativel Preciado, en Público, hace un artículo sobre esto que os dejo aquí.
Esto, por supuesto, es como todo, se puede elegir: Zapatero está intentando proteger a sus hijas de una decisión que ha tomado él y en la que su mujer le es cómplice. Pero igualmente, otros intentamos tener una parcela de nuestra vida privada en la que disfrutemos de nuestros familiares sin que éstos se vean afectados por nuestras decisiones.
Esto que parece tan fácil, es complicado, porque hay personas (periodistas, informadores, bloguer@s) que creen que porque seas una persona pública, también, debes ser un "personaje público", utilizando nuestra imagen a su antojo y no hablando de nuestra acción política sino de nuestra parcela privada, de nuestros "michelines" o nuestra forma de vestir y todo amparado en la libertad de expresión, sin que los principales actores podamos hacer nada (porque, además, nos arriesgamos a que nos tachen de censores), ni defender nuestro honor y nuestra imagen.
Hoy Nativel Preciado, en Público, hace un artículo sobre esto que os dejo aquí.
1 comentarios:
La ética de algunos periodistas y de algunos empresarios del mundo de la comunicación deja mucho que desear :(
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