19 de agosto de 2009

Fuente Obejuna, ¡¡todos a una!!

19 de agosto de 2009
Lo de la SGAE es bochornoso, delirante, abusivo, .... y podriamos seguir y seguir calificando como está gravando el - supuesto - uso de la cultura y como se creen los máximos defensores de ésta y de los autores y autoras.




Me parece vergonzoso.

Esta que escribe es de un pueblo - Belmez - cerca de Fuente Obejuna y conoce a muchos de los mellarienses que participan en la representación de dicha obra. Aademás de conocer la ilusión y el entusiasmo que le ponen, he tenido la oportunidad de verla y os puedo decir que es una magnífica representación que viste de gala la plaza del Ayuntamiento y que hace que las noches de verano sean mágicas.
¿Con qué alternativa nos sorprenderá la SGAE? ¿qué se suba el valor de la entrada o que el Ayuntamiento ponga un nuevo impuesto a sus contribuyentes? Por ejemplo. (Sin entrar en lo que supondría económicamente al Ayuntamiento tener que hacer frente a una deuda como esta).

En una zona como el Valle del Guadiato, que uno de sus municipios tenga un reclamo turístico como este es importante y hace que pueblos como estos, deprimidos por la desaparición de la minería, tengan un recurso que explotar para que sus calles y sus negocios se llenen de gente, además, de que pone en valor la historia del municipio para que propios y extraños la conozcamos.

¿Qué pretende la SGAE? ¿Qué será lo próximo?

No quiero dar ideas pero cuando estaba en EGB, muchos chicos y chicas de Belmez, del Colegio Público Ntra. Sra. de los Remedios, representamos Jesucristo Superstar en la cantera del Castillo de mi pueblo. En esta representación se implicaron los profesores, alumnos, padres y madres, así como, muchos otros belmezanos y belmezanas, y estoy pensando, que años y años después no vendrá la SGAE a pedirnos que le paguemos, ¿o sí?.

Vamos, que por quedar aún nos quedan sorpresas, e igual que tenemos que pagar por un disco duro externo para hacer copias de seguridad de nuestro Mac, tengamos que pagar porque nuestros hijos e hijas interpreten alguna obra con sus amiguitos a final de curso o en Navidad.

Y yo me pregunto, ¿no se dará cuenta la SGAE que flaco favor le está haciendo a la cultura?.
Si por cada obra que representemos en los pueblos, en los coles, en las asociaciones de vecinos, ... en las que demos a conocer a sus autores, sus historias, tenemos que pagar cifras abusivas, hará que la cultura sólo se quede para unos pocos, para los "pudientes". Mientras, el resto del pueblo, no podrá optar al conocimiento de la cultura, no podrá disfrutar de las vivencias que genera la realización de una obra de estas, etc.

Estoy a favor de defender los derechos de los autores, por supuesto, pero, también, de todos aquellos y aquellas que consumimos cultura o que usamos aparatejos gravados por la SGAE porque nosotros no somos "inocentes hasta que se demuestre los contrario", nosotros somos culpables por el simple hecho de comprar o consumir cultura o artículos que usamos para nuestra vida cotidiana.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La defensa de la cultura es el argumento que se nos da para que transijamos con el abuso que supone el canon digital y la actividad que realiza la SGAE. No defienden los derechos de los autores, su negocio es cobrar peaje por el uso de la cultura, derecho otorgado por ley, como si de un condado cedido por un monarca se tratase.
/www.publico.es/culturas/245266/juan/perro/acusa/industria/musical/hipocrita/hablar/pirateria

Ser (o no ser) dijo...

Toda esta mañana he estado buscando donde está el "turning point", ese momento en el que que una/s persona/s ocurrente/s ha/n sabido variar el proceso lógico del curso de las cosas tal como se entendían antes, para cambiar al curso actual y en total acuerdo con @Mernissi, descabelladamente. Por el principio:
¿porqué un/a autor/a realiza una obra?
Sólo hay tres razones: La primera: si os suena la fábula del "árbol que cae en el bosque pero nadie lo oye: ¿Ha caído el árbol? “ Se escribe/actúa con la intención de que la obra no sea ese árbol y el autor espera que alguien la disfrute, una derivación es que sea el editor quien lo haga en vez (Anne Frank: Het Achterhuis) Esta nos lleva a la segunda opción: se escribe por la demanda de entretenimiento. La tercera, por dinero, ignorando así el impulso de la persona escritora así como (el gusto) de la persona ávida de entretenimiento. Una cuarta opción podría ser diferentes y sutiles combinaciones que no creo que aporten nada.
¿En este proceso dónde aparecen los derechos de autor y editor?
En principio, hasta hace un lustro residían en su publicación, es decir, no en el momento que sale de la mente del autor sino en el momento que el público recibe el primer input de la obra. En ese momento, esa idea-producto se elabora y confecciona como un mantecado de jengibre y se pone a disposición. Pero la idea-producto sigue sin dar beneficios. Cuando sea posesión de la platea y cada uno de sus individuos en forma de mantecado, Cd, libro, single, LP, cinta es cuando se pagaba el conjunto.
Ahora.
La diferencia entre el mantecado y Fuenteobejuna es que el mantecado se caga (perdón, pero la mierda tiene que salir por algún lado) pero la idea intangible que supone una obra, no. La idea queda impertérrita (me da igual la RAE) en tu disco duro, el de los hombros… (o no) Me explico:
El mantecado no se puede (por ahora) desmantelar en ceros y unos y hay que comprar más para navidad, pero la música, el pensamiento… sí es minimizable y divisible pero sólo se puede hacer en dos: bits e inputs. –La unidad mínima de información se llama ‘bit’ ya sea informática o humana (la idea: por ejemplo: “ser amable” o en binario 101011101010110001) ; y su materialización se llama ‘input’: - “Hola, señora Engracia, parece que hará calor hoy” –el tiempo; ya sabemos que hará calor, la idea es ser simpático con la vecina. (En groso modo, señoras/es purista)
El autor y editor claman por el derecho a cobrar no sólo cada vez que el input llegue al público si no cada vez el “bit” también circule decodificado en ceros y unos entre los discos duros. En otras palabras como si cagaras el mismo mantecado que comiste y pagaras de nuevo para volverlo a comer ¿repulsivo? Pues ese es mi sentimiento hacia la SGAE.
Los inputs son computables y por tanto, comercializables. Pero el ‘bit’ es libre una vez que una persona por primera vez tira un árbol y hace que los demás lo oigan.
A partir de aquí es fácil- Si los “bits” como el amor, la libertad, el ensueño, la imaginación, la crítica, el egoísmo “ser simpático” tienen un precio según la SGAE, esta no está compuesta de artistas y editores, si no de señores azules que sin contemplación desde la cima de su dignidad, van a imponer su terca voluntad y con su opinión medir nuestro criterio... Y dígame que pague por este input, pero no podrá hacer que pague por el bit.